20 de febrero de 2011

El Grimorio de Thulsar: Límite de Jugadores

LÍMITE DE JUGADORES (¿cuántos más seamos, más nos reiremos?)



     ¿Cuál es el número idóneo de jugadores en una partida de Rol? Pues probablemente no exista una respuesta absolutamente correcta a esa pregunta. Depende del juego y, sobretodo, del máster y de los jugadores. Un juego de Rol, por definición, es un juego de interpretación de papeles (del inglés, role-playing game). Así, cabe pensar que el objetivo último del juego es fomentar que, como si de una pieza de teatro se tratara, los jugadores asuman la personalidad de su personaje y la interpreten acorde a sus rasgos, trasfondo y motivaciones.
     Puesto que jugar a Rol debería ser algo divertido y distendido (y no una tortura), no hay que esperar que durante el 100% del tiempo que dure la sesión de juego los jugadores estén enfrascados en sus personajes. En toda partida hay momentos de abstracción, alguien se revisa un apartado de reglas que le genera dudas o simplemente se dispersa del argumento y habla con los presentes de algo que nada tiene que ver con la partida. Es una actividad de ocio, no una condena a galeras, por lo que esas licencias entran dentro de lo razonable.
     El problema surge cuando la partida se convierte en un diálogo para besugos en el que cada cual campa a la suya, bromea con el jugador de su lado, está más atento a los sms del móvil que al máster y la sesión se acaba convirtiendo en un monólogo de un desesperado director de juego que poco a poco se hunde entre sus notas y sus dados. Y hay un factor determinante que condiciona el éxito de una partida: el número de jugadores participantes. La probabilidad de que la sesión de juego se convierta en una Torre de Babel temática es directamente proporcional al número de jugadores presentes.

    
     Evidentemente existen excepciones. Puede que un grupo de jugadores debidamente motivados, sumidos en una trama interesante y disfrutando de la narración no caigan fácilmente en la trampa del comentario jocoso que rompe el ambiente o en la charla intrascedente surgida de la mente calenturienta de alguno de los presentes. Pero por regla general, cuántos más jugadores, menos posibilidades tiene el máster de controlar el desarrollo de la partida. ¿Y qué factores influyen en determinar el número adecuado de jugadores?

- Temática del juego: Obviamente, hay juegos que se prestan a un mayor grado de jocosidad y precisan de menos intensidad narrativa e interpretativa. Otros, por contra, requieren un elevado componente de ambientación y que sus jugadores traten en todo momento de mantener el dramatismo de la trama y se comporten adecuadamente para no echar por tierra el esfuerzo del máster. También los juegos con sistemas de reglas complejos o proclives a la aparición de escenas caóticas, como combates muy numerosos entre PJs  y PNJs, van a necesitar de la estrecha colaboración de los jugadores.
     Así, si como máster intuyes que el juego escogido va a precisar de una elevada dosis de implicación de los jugadores, sería recomendable escoger el mínimo número de ellos para que la partida fluya adecuadamente. Por ejemplo, yo no aconsejaría plantear una partida de Vampiro (Mascarada o Requiem) para un grupo de jugadores demasiado numeroso, puesto que es un juego narrativo que fomenta la interpretación y requiere de una atmósfera ambiental muy concreta.


- Clase de jugadores: Éste es un aspecto que el máster suele conocer de primera mano. El esfuerzo que realiza la persona que se decide a preparar la partida y a dirigirla debería verse recompensado en su justa medida por el respeto de sus jugadores, prestándole la atención merecida y manteniendo el nivel de exigencia que el máster debería ser el primero en ofrecer. Si uno cuenta con jugadores serios, implicados e interesados en el juego y en la trama, probablemente pueda estar presente un mayor número de ellos en la mesa sin que por ello haya problemas.
     Sin embargo hay algo que un máster no debe jamás olvidar, y es que tal como dijo Andy Warhol, "todo el mundo debería tener derecho a 15 minutos de gloria". Los jugadores de rol no son una excepción, y todos y cada uno de ellos desean para su personaje una atención personalizada del máster, para que sus acciones y decisiones tengan algún peso en el desarrollo de la trama. Y en tal caso, siempre será más difícil para el máster dar protagonismo a todos los presentes si el número de jugadores es elevado.

     En conclusión: el número adecuado de jugadores sería aquel que permita una fluida progresión de la narración sin interrupciones, la participación de todos por igual y que favorezca que la ambientación y temática del juego puedan desarrollarse correctamente.

     En mi experiencia personal he participado como máster y jugador en partidas con 15 jugadores en mesa (quizá había alguno más, pero he intentado borrar ese recuerdo de mi memoria)  y en partidas con 2 jugadores (de las mejores, por cierto). Y tras muchos años experimentando toda clase de variantes, lo que aconsejo es jugar siempre con el número de jugadores mínimo indispensable para la adecuada fluencia de la acción y el diálogo variado entre los participantes; independientemente del tipo de juego de Rol. Barajar entre 3 y 4 jugadores suele ser mi norma y trato de tenerla siempre presente.
     Lo malo es que contar con tan selecto número de jugadores hace que si uno, por le motivo que sea, no puede acudir a la partida, quizá deba retrasarse hasta hallar una nueva cita en el calendario que le vaya a bien a todo el mundo. Personalmente lo considero preferible si con ello aumenta la probabildad de gozar de una buena sesión de juego. Además, siempre será más fácil que 3 o 4 personas se pongan de acuerdo y coincidan que si ese número aumenta a 6 o 7.
     Por tanto, mejor pocos y bien avenidos.

1 comentario:

  1. Totálmente de acuerdo contigo. Sé de gente que se jacta de dirigir grupos grandes, y en alguna ocasión yo también lo he dirigido, pero la probabilidad de que se alborote el gallinero y de que el director se quede hablando solo para los dos de al lado suyo, o peor, para el aire, es directamente proporcional al número de jugadores.

    Yo también prefiero grupos reducidos, mi tope es de 6 jugadores, y ahí ya puede ir muy forzada la partida. Entre 3 y 4, me parece lo ideal, pero como te ha pasado a tí, muchas de las mejores partidas que he jugado, y con las que más me he divertido, han tenido a solo 2 jugadores al otro lado de la pantalla.

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